Ya hemos comentado en varias ocasiones que el 80% de las enfermedades raras aproximadamente tienen un origen neurológico. El cerebro es el gran desconocido del cuerpo humano, pero afortunadamente cada vez menos. Cada año tenemos más niños diagnosticados con enfermedades del Espectro Autista, con o sin nombre. No es que haya más autistas que antes, ni que el mundo viva una epidemia con niños con dificultades para el aprendizaje, no. Simplemente se empiezan a diagnosticar gracias a la concienciación social, a la mayor y mejor preparación de los profesores y a unos padres que rápidamente observan comportamientos extraños en sus hijos y no tienen miedo a enfrentarlos. A los niños con problemas, afortunadamente ya no se les esconde, se les ayuda. Uno de cada 100 niños que nacen en el mundo según la Asociación de Autismo Americana, está dentro del espectro autista. Muchos de ellos tienen como síntomas la epilepsia en sus múltiples formas, pero no todos. Es más en muchos casos una vez corregida la epilepsia, se mantienen los síntomas del espectro autista.
Pero con todo, hay decenas de enfermedades raras neurológicas, diagnosticadas o no, que no tienen cura. El comportamiento y la naturaleza del cerebro son tan desconocidos como complicados. Hacen falta muchos recursos económicos, muchas investigaciones y muchos investigadores capaces de asumir durante décadas el fracaso. Las corrientes eléctricas no son un trabajo de fontanería. Y esto, se nota.
Ha caído en mis manos uno de esos libros que despiertan la esperanza. Cuando un padre se enfrenta a una enfermedad sin cura, la esperanza es una especie de río Guadiana que aparece y desaparece varias veces al día, incluso a la hora.
The brain that changes itself del neurólogo estadounidense Norman Doidge es una ventana abierta en un mundo sin ventanas. Es un viaje a través de diferentes neurólogos, científicos, investigadores, biólogos que, de forma experimental en la mayoría de los casos, han conseguido lo imposible, despertar cerebros dormidos, hacer ver a niños ciegos desde el nacimiento, hacer andar a personas mayores tras sufrir ictus que les destrozaron más de la mitad del cerebro según las autopsias posteriores. Se trata de investigadores estadounidenses que, partidiendo de la base de la localización en el cerebro de las diferentes funciones humanas, han derivado en la neuroplasticidad.
Neuroplasticidad significa que, aquellas partes del cerebro muertas pueden volver a aprender, que el cerebro es capaz de asumir funciones en aquellas localizaciones en principio destinadas a otras funciones. Que los niños con problemas de desarrollo pueden aprender a leer y a relacionarse, incluso han sido capaces de reactivar la función de la memoria, para los pequeños con Landau-Klfenner, por ejemplo.
Entre los doctores mas aventajados en este tipo de experimentos hay un hijo de españoles, el doctor Paul Bach y Rita, toda una eminencia en la neuroplasticidad, que ha trabajado y trabaja para Hospitales y para la Nasa. El profesor Bach-y Rita ha desubierto simuladores neurológicos capaces de equilibrar los desequilibros neuronales y recuperar funciones básicas en el ser humano.
Otro de los grandes investigadores, Merzenich, doctor en neurociencia de la Universidad de California, han patentado una serie de ejercicios a través de los ordenadores que estimulan efectivamente el cerebro para que vuelva a funcionar. Fast For Work, que es como se llama este sistema, está ayudando a miles de niños con enfermedades del espectro autista a superar sus problemas y adaptarse a la vida con normalidad. Sí, con normalidad. Inventor del implante coclear, que significa la asunción de funciones a través de un implante patentado que, por ejemplo, ayuda a los sordos a oír. En Estados Unidos hay cerca de 326.000 personas con estos implantes.
La búsqueda de soluciones para estos síndromes acaba de empezar, pero el campo es impresionante. Estos doctores ya han probado de forma efectiva que es posible curar incluso defectos físicos de nacimiento o producto de lesiones severas o muy severas. Simplemente hay que saber buscarles y encontrarles.